jueves, 14 de mayo de 2009

Domingos de verano


Se nos paraba el tiempo, se nos iba de las manos
en cada beso, en cada abrazo, en tus ojos trasnochados
en la almohada de tu pecho, en el humo de un cigarro
Te recuerdo

Quizá es que necesite de lo dulce de tus labios
de mis dedos en tu pelo y la luz de nuestro faro
del asiento de tu coche, de domingos de verano
desempaña los cristales y vayamos a otro lado

No te vayas todavía, aún nos quedan besos para rato
que la noche está muy fría y se me secan los labios


Carlos

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