jueves, 21 de mayo de 2009

Volver


La niebla lo cubría todo.
Una suave brisa hacia sonar la oxidada campana de la estación.
Sobre el andén descansaban dos maletas llenas de recuerdos.
El viejo reloj parecía haberse quedado dormido.
El tiempo se detuvo. Y por un momento perdí el compás…

Sentí su mano sobre mi hombro, y como intentaba decirme algo
sin echarse a llorar: ‘Adelante, no mires atrás’.
Su nombre no lo recuerdo. Creo que era Fracaso.
Lo deje atrás al subir al vagón, con el consuelo de, al menos, haberlo intentado.
El destino del viejo tren era ninguna parte.

Y lo único que me alegró entonces fue volver a escuchar…
como crujían las vías.

Carlos

miércoles, 20 de mayo de 2009

Por ti

Me emborraché por ti
y todos me contaron
que te vieron triste

No soy capaz de hablar
no cabe en una noche
lo que yo te quise

Las malas rachas
siempre son largas
yo no puedo más


'Me emborraché por ti'
-Rebeca Jimenez-

martes, 19 de mayo de 2009

10 razones


Odio como me hablas y también tu aspecto. No soporto que lleves mi coche ni que me mires así. Aborrezco esas botas que llevas y que leas mi pensamiento. Me repugna tanto lo que siento que hasta me salen las rimas. Odio... odio que me mientas y que tengas razón, odio que alegres mi corazón, pero aún más que me hagas llorar. Odio no tenerte cerca y que no me hayas llamado. Pero sobre todo odio no poder odiarte porque no te odio ni siquiera un poco, nada en absoluto.


'10 razones para odiarte'
-Gil Junger-

lunes, 18 de mayo de 2009

Números primos

"Sí, lo había aprendido. Las decisiones se toman en unos segundos y se pagan el resto de la vida. Así había sido con Michela, así había sido con Alice; así era también ahora. Esta vez los reconocía: eran esos segundos y no volvería a equivocarse."





'La soledad de los números primos'
-Paolo Giordano-

domingo, 17 de mayo de 2009

Ahora


Ahora tendré que esperar el próximo tren
tendré que fumarme las horas eternas de Abril
No sé si podré recordar lo que siempre soñé
no sé si querré recordar lo que supe de tí

Camino desnudo del tiempo que marca el reloj
del viento que quema mis manos vacías de tí
sin prisa, buscando mi sitio después de otro adios
sabiendo que cuando amanezca me iré para siempre

me olvidaré de tu sonrisa...

Ahora la gente me mira y pregunta por tí
recorro las calles, los bares, me pierdo en Madrid
te busco, pero hasta mi sombra de esconde de mi
y pienso que cuando amanezca te irás para siempre

me olvidaré de tu sonrisa...

Carlos

sábado, 16 de mayo de 2009

Una canción triste


Has tenido el mundo a tus pies.
El aroma de la gloria es buena compañera.
Pero poco duradera, lo que sube baja,
y si permanece intacta pierdes las llaves de la mansión.
Alguien ocupó tu salón, y se acuesta con tu mujer.
Lo peor es que disfruta más que en tu luna de miel.
Se bañan en tu piscina, se comen tu comida
y tiran el piano blanco por el balcón.

'Una canción triste'
-Enrique Bunbury-

viernes, 15 de mayo de 2009

Poco tiempo


El nombre no se ha borrado, tu cara sí; se mezcla con otras caras, deformándose. No sé si todo es parte de la tortura, ya no distingo. No sé si él te dará esta carta. No sé si es amigo o miente.
Hubiera querido abrazarte, pero me muero. Queda poco tiempo.
He visto el tren, los he visto dentro, muchas veces, esperándote; y tú sin saberlo. Otras veces lo sabías, y huías a tiempo, o lo han inventado para que les diga dónde estás.
Tengo que evitar que subas a ese tren, porque te va a llevar a la muerte. Otras veces estás ya muerto, como yo. Otras me hablas y sonríes, y dices cosas que nunca habías dicho, y que me quieres. Yo hubiera querido quererte, pero no pude.
A veces sueño que seguimos allí, y que el tiempo es nuestro, y que tu boca recorre mi cuerpo desnudo. Y entonces, mis hijos nos ven abrazados, desnudos, pero ya no son mis hijos, son los hijos de ella, no los conozco, no conozco a nadie.
¿Recuerdas? La libertad viaja contigo en ese tren. Si te encuentran te matarán, y la ciudad seguirá creciendo sin salidas para nadie. Sólo tú puedes enseñarles a mis hijos a andar ese camino. Hazlo, y así sabré que me has perdonado.


'En la ciudad sin límites'
-Antonio Hernández-